Tras ocho años al mando de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi dejó formalmente el cargo en medio de críticas por su próximidad al poder político. Desde la base obrera le reclamaron por la “pérdida de independencia” en la defensa de los intereses y derechos laborales.
El secretario ejecutivo de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (Fstmb), Andrés Paye, confirmó ayer que la instalación del presídium marca el inicio formal del congreso y el fin de la gestión de Huarachi.
“Ya se ha iniciado con la acreditación y también ha empezado la primera plenaria, en la que se ha conformado el presídium, que es quien llevará adelante todo el congreso. Eso quiere decir que Juan Carlos Huarachi ya deja de ser dirigente, ya deja de ser representante, aunque últimamente ya no representaba a los trabajadores”, afirmó Paye, mientras desde varios sectores cobistas se especulaba sobre el interés de prorrogarse ante la llegada de un nuevo gobierno y el inicio de un ciclo político en el país.
Edilberto Echeverría (Andacaba). “Será el ampliado de la Federación el que decida a cuál de ellos se le confiará la conducción de la Central Obrera”, explicó Paye. La elección del nuevo dirigente debía producirse incluso anoche, pero esa decisión se conocerá este mismo viernes.
Ocho años de poder y desgaste
Huarachi, un exminero de Huanuni, fue elegido en 2018 durante el gobierno de Evo Morales, y su mandato debía durar dos años con posibilidad de una reelección. Sin embargo, se mantuvo en el cargo durante casi ocho años, con prórrogas sucesivas que lo convirtieron en uno de los dirigentes más longevos de la historia cobista. Durante ese tiempo, comulgó con tres presidentes —Morales, Jeanine Áñez y Luis Arce— y consolidó una relación estrecha con el poder político, lo que le valió fuertes críticas de las bases. “Necesitamos una Central Obrera con esencia, con convicción revolucionaria. Tenemos que reconducir la COB”, había reclamado semanas atrás el secretario general de la Fstmb, Edwin Peredo.
Su salida se da tras meses de presiones internas, especialmente del sector minero, que acusó a Huarachi de haber “sometido” la institución a los intereses del Gobierno de Luis Arce.
El miércoles, Huarachi presentó su informe final ante el Congreso. La sesión estuvo marcada por abucheos, gritos y tensiones. Los delegados divididos entre sus seguidores y detractores, impidieron por momentos que el dirigente concluyera su discurso.
A pesar de ello, el informe fue aprobado a mano alzada por los delegados afines al exejecutivo. Minutos después, Huarachi abandonó el coliseo entre empujones y objetos lanzados desde las graderías, escoltado por sus bases.
El dirigente minero David Olivares señaló que el Congreso avanzaba ayer con normalidad, pero denunció intentos de prórroga de parte del entorno de Huarachi. “Estoy seguro de que la clase trabajadora va a impedir que se prorrogue una dirección que sometió a la COB al poder político. No podemos seguir con un liderazgo que traicionó a los trabajadores”, advirtió.
Por su parte, la profesora Wilma Plata, exdirigente del Magisterio Urbano de La Paz, expresó escepticismo sobre una verdadera renovación: “Este congreso se está volviendo a reeditar, un congreso cupular, burocrático y alejado de las bases. Corren los acuerdos entre camarillas y habilitan organizaciones fantasmas”.
Expectativa por la sucesión
El congreso concluirá hoy con la elección del nuevo secretario ejecutivo. Según los estatutos cobistas, el cargo debe recaer en un representante del sector minero.
El exejecutivo de la COB, Guido Mitma, pidió en su momento que el nuevo liderazgo rompa con el alineamiento político que caracterizó a la gestión de Huarachi. “El nuevo ejecutivo ya no puede parcializarse con el Gobierno, debe recuperar la independencia y la defensa de los derechos laborales”, dijo entonces a EL DEBER.
El futuro de la COB se definirá en las próximas horas, en medio de un ambiente tenso y con el desafío de reconstruir su legitimidad ante una clase trabajadora que exige volver al espíritu combativo de la histórica Tesis de Pulacayo, que reivindica el principio marxista de la “conciencia de clases”.
Fuente: El Deber